Alejandro Durán: El Pop cañí de Javi Larrauri

Cuando el folclore se une con el pop y con los sentimientos, ahí está Javi Larrauri.

De procedencia andaluza, el niño Javier nació en Madrid. El contacto con su tierra (en especial con Cádiz y su cultura flamenca y coplera) ha marcado su vida como su trayectoria artísitca.

Comenzó recibiendo clases de interpretación, canto, música y danza y alternando tablas y espectáculos callejeros con las artes plásticas.

Tras años dedicados a los pinceles de manera autodidacta, recibió clases de dibujo y pintura en el Estudio Torre de Madrid y a partir de ahí se centraría únicamente en su gran pasión, la pintura.

Su musa, Quiteria

Javi fue a vivir con su abuela al poco de quedar ésta viuda, y pronto el cariño y la admiración que sentía por esta mujer derivaron en fuente de inspiración para su obra.

Quiteria Romero, mujer andaluza por los cuatro costados, natural de Alcalá de los Gazules, se constituye desde el principio como musa de las historias que Javi Larrauri inventa, protagonista de muchos de sus cuadros.

Las gitanas de Marín

Podríamos decir que las gitanas de Marín, emblemáticas estatuillas conocidas en el mundo entero, son la mecha que prende la explosión pictórica de Larrauri.

Tras una visita a la fábrica-museo en Chiclana de la Frontera, Javi vuelve a Madrid no sólo con la maleta llena de muñecas, sino con el corazón lleno de ganas de retratarlas. Durante 2004 y 2005, Larrauri bautiza y pinta a estas gitanillas compulsivamente.

Paquita

Fascinado por la estética del cómic y también por la obra de los artistas de la generación Big Eye, en 2007 se plantea qué ocurriría si se cogiera el Manga, el Big Eye Art y el folclore andaluz y se metiera todo en una batidora.

El resultado fue Paquita, un personaje de ficción, enigmática, dulce y amarga a la vez, con tantas caras como volantes tiene su vestido. La obsesión por "las Paquitas" fue comparable a la de las gitanas de Marín, protagonizando el personaje muchos de sus cuadros.

La Ruta 66

"La ruta 66 es una de las carreteras más largas de Estados Unidos. Cruza todo el país, de este a oeste. Hace unos años, recorriéndola, coincidí allí con una mujer que viajaba con una mona.

Hicimos parte del trayecto juntos y entablamos cierta amistad. Por las noches, la mujer contaba historias de tierras lejanas a la luz de la hoguera. Luego, yo seguí mi camino y ellas el suyo. Años después, me contaron que las vieron muy lejos de allí. En otro país. En otro continente.

Comprendí entonces que en realidad no se dirigían a ningún lado. Que aquello que se iban encontrando por el camino era el fin último de ese eterno viaje a ninguna parte.

Si alguno de ustedes se cruza con ellas algún día, por favor, trátenlas con cariño."

Este relato del propio Larrauri dio pie a la serie 'La mona', un viaje en el que el mundo onírico se mezcla con la realidad.

El Divismo

Grandes estrellas de la copla y del cine han sido plasmadas en los lienzos de Larrauri. En distintas épocas y con distintas técnicas, el pintor siempre ha retratado a grandes divas, y son éstas muchas de las pinturas que coparon el pasado Agosto las paredes del café Bayres.

Entre ellas, cómo no, Rocío Jurado (imagen del cartel de la exposición), que para el autor es "la mejor cantaora que nunca ha habido. La voz de Andalucía y de España". 

La otra Grande de España y protagonista del duelo de divas, Isabel Pantoja. Larrauri reconoce que entró tarde en el pantojismo, pero que hoy se considera "pantojista empedernido".

"No hay en el mundo una flor

 que el viento mueva mejor

 que se mueve Lola Flores".

Para el artista, la Faraona le trae recuerdos de su abuela, ya que era su artista favorita. Cuando pasaban en televisión películas suyas, las veían juntos.

No podía faltar la mayor estrella cinematográfica que ha tenido nunca el cine español y para la que sobran las palabras, Sara Montiel.
  
El artista está convencido de que "todos llevamos una Sarita dentro. Y el que diga que no, miente".

María Felisa Martínez López, Marifé de Triana, es otra de las actrices-cantantes-divas siempre presentes en la iconografía larrauriana.
  
El artista comenta que además de que cantando "no se puede aguantar", nadie se peinó y se pintó la raya nunca como ella.